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«¿Qué es esta sensación cálida y húmeda que estoy sintiendo? ¡Ah, cierto! Ascendí el monte Bargan a pesar del fuerte aguacero y hasta me quedé dormido después de comer ese fruto dorado. ¡Espera! ¿Cálido? Si es agua de lluvia, ¡debería ser frío! Entonces, ¿por qué demonios siento calidez por todo mi cuerpo?» Leric pensó mientras luchaba por abrir los ojos.
Justo cuando estaba a punto de maldecirse a sí mismo por dormir descuidadamente en semejante clima turbulento, de repente oyó la voz de una mujer desconocida.
—¡Señor Lassiter, señora Lassiter, su hijo es un niño! —la exclamación gozosa de la mujer dejó atónito a Leric.
«¡¿Pero qué diablos?!» Pensó mientras abría los ojos de golpe, pero lo que lo dejó aún más perplejo fue la escena frente a él.
Había tres personas en la habitación. Una era una mujer mayor, probablemente en sus sesentas. Ella tenía una expresión emocionada mientras sostenía a Leric en sus brazos.
Las otras dos personas eran una pareja. El hombre llevaba una armadura de batalla con bastantes marcas de espadas y arañazos en ella. Este hombre estaba en sus cuarenta y tenía una apariencia digna que lo hacía ver bastante intimidante.
Tumbada en la cama había una mujer de aspecto gentil con cabello negro largo. Su semblante era pálido, pero se podía ver una sonrisa dulce en su rostro mientras miraba a Leric.
—¡Cariño, mira! ¡Nuestro hijo es un pequeño hombrecito sano como su padre! ¡Jajaja! —dijo el hombre contento mientras se ponía de pie.
La mujer mayor entregó suavemente al bebé en sus brazos al hombre cuando lo vio acercarse.
«¿Pero qué mierda está pasando?!» Leric intentó pronunciar un sonido, pero solo salieron de su boca una serie de palabras ininteligibles.
—¡Babababa!
—¿Oíste eso? ¡Dijo papa! ¡Qué niño tan inteligente! ¡Definitivamente es mi hijo! ¡Jajaja! —dijo el hombre mientras miraba orgullosamente al recién nacido en sus brazos.
La sonrisa del hombre y sus toscas facciones lo hacían ver tonto. Leric quería abofetear a este hombre, pero podía sentir una conexión distinta entre él y este tipo de aspecto estúpido.
«¿Podría ser que… he renacido?! Pero en la cima del monte Bargan, no recuerdo haber sido alcanzado por un rayo... ¡Espera! ¡Debe ser ese fruto dorado! ¡Debe ser el Fruto del Renacimiento mencionado en el libro!» Leric exclamó en su corazón mientras analizaba la absurda cosa que le había sucedido.
—Cariño, ven aquí. Déjame ver a nuestro hijo. —La débil voz de una mujer resonó al lado de los oídos de Leric.
—Está bien.
Leric quería mirar a esta mujer que también era su madre, pero ni siquiera podía reunir la fuerza para mover la cabeza, así que solo podía esperar mientras su padre tonto lo colocaba suavemente al lado de su madre.
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Cuando finalmente pudo ver bien a su madre, su rostro desconocido le hizo sentir una cercanía que le calentó el corazón.
—Bababa.
La mujer sonrió mientras acariciaba la cara del pequeñín.
—Eres mi hijo. Cuando crezcas, serás tan fuerte como tu padre y también heredarás mis habilidades médicas. Tu nombre será… Leric —dijo mientras lo miraba con afecto.
—¡Vamos, no! ¿Este nombre otra vez?! ¿Por qué no puede ser Drake o Cale? Da igual... ¡Sigh! Y definitivamente no quiero ser un soldado como este tipo aquí ¡Eso es tan peligroso! En cuanto a aprender medicina... Tal vez nadie esté más familiarizado con el cuerpo humano que yo... —Leric se jactó orgullosamente en su corazón.
Al principio, le resultaba bastante extraño tener a esta pareja como sus padres cuando él les doblaba la edad, pero también había un sentimiento de cercanía que le hacía difícil rechazarlos.
—Ya que se me ha dado la oportunidad de renacer, ¡la aceptaré con gusto! En mi vida pasada, también fue mi mayor arrepentimiento nunca haber visto a mis padres. Tener esta clase de oportunidad debe estar relacionado con el destino... —Leric reflexionó profundamente para sí mismo.
Sin que lo supiera la familia de tres, la mujer mayor tenía una expresión extraña en su rostro mientras miraba al bebé en medio de la pareja.
—¿Cómo es que este niño no lloró después de su nacimiento? Incluso le di una palmada en el trasero y sacudí su cuerpo, pero este niño ni siquiera emitió un sonido —la mujer mayor murmuró en su corazón. Era la primera vez que se encontraba con este tipo de recién nacido, pero como no había nada malo con el niño, decidió dejar ese asunto de lado.
Al sentir la mirada de la mujer mayor, Leric desvió sus ojos en su dirección.
Hm?
La mujer mayor se sorprendió levemente al ver los ojos claros de Leric.
—Esos ojos... Debo estar alucinando... —murmuró impresionada.
Cuando Leric vio la expresión fuera de lo común de la mujer mayor, quiso maldecir.
—¡Eh! ¿Qué estás mirando? ¿Acaso nunca has visto a un hombre desnudo y guapo antes?!
—Bababa bababa baba!
—¡Jajaja!
Todo el mundo en la habitación se rió al oír su adorable voz.