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—Hermana Helia...
—Helia...
—Noooo...
Las voces de Nyla, Layla y Lia temblaban de tristeza mientras observaban cómo la vida de Helia se escapaba ante sus ojos. La hermosa chica de cabello rubio, que siempre parecía estar al borde de confesar sus sentimientos por Rio, había exhalado su último aliento. Rio sentía como si algo dentro de él se hubiera hecho añicos, aunque sabía que no la había amado. Los sonidos de los sollozos de Lia y los llantos de Nyla lo rodeaban mientras sostenía el cuerpo de Helia, sin querer dejarla ir.
Lia extendió las manos temblorosas, anhelando tocar a su hermana. Su rostro bañado en lágrimas era un retrato de angustia mientras intentaba asimilar la realidad del sacrificio de Helia. Las hermanas, unidas por un vínculo inquebrantable, ahora estaban separadas por el velo de la muerte.