Su pregunta provocó un incómodo silencio entre ellos.
—Por favor, Rio —ella pidió mientras su mano aún estaba en el gesto de juntar las palmas y tocarlas con una ligera inclinación.
Sus palabras lo trajeron de vuelta de la fase de shock por la que estaba pasando.
—¿Pero por qué? —él preguntó frunciendo el ceño hacia ella.
—No quiero casarme con ese playboy —ella dijo con voz insatisfecha mientras su mano ya no mantenía el gesto de solicitud.
—Cásate con el que te guste. ¿Cuál es el problema? —él preguntó con una cara de desconcierto.
—No podré casarme con otro chico como sabes lo poderosa que es mi familia. No me dejarían casarme con alguien de una familia menor. La madrastra no me dejaría casarme en otras familias poderosas ya que podría obligar a papá a romper el compromiso incluso con la familia Havenglow —ella dijo con tono amargo y bajó la cabeza para apoyarla en sus palmas abiertas.
—¿Y por qué ella aceptaría si te casas conmigo? —una mirada inquisitiva se pintó en su rostro ya que no la entendía.
Ella levantó la cabeza y dijo:
—Una vez estuvimos a punto de comprometernos, así que si nos casamos parecerá natural al público y nuestra reputación familiar no se arruinará. Además, mi madrastra o familia no podrán hacer nada contra ti ya que eres de la familia Havenglow que temen todas las otras seis familias de las espadas de plata.
Él entendió su lógica y podría haber pensado en ayudarla pero ya estaba casado. No había chance de que se asociara con otra mujer a espaldas de Lia.
—Oh... Entiendo. Pero no puedo casarme contigo. Espero que encuentres otra solución. Cuídate —se levantó para irse.
—¿Pero por qué? —ella le preguntó con una mirada entristecida.
—No puedes simplemente pedirle a alguien al azar que se case contigo porque no quieres casarte con la persona que tu familia quiere para ti. No tengo ninguna conexión contigo así que no me involucres en tus asuntos —no quería ser grosero pero realmente no podía casarse con ella. Era mejor ser duro con sus palabras para que ella no lo persiguiera y se rindiera aquí.
—Rio… ¿podemos ser amigos? —ella preguntó aunque no esperaba que él aceptara ya que había sido muy rudo con sus palabras hace solo unos segundos. Aún así pensó en intentarlo y preguntarle.
Pero vino una respuesta inesperada.
—De acuerdo… —él murmuró y se dio cuenta de algo.
—Técnicamente, ella sería mi primera amiga. Esta palabra me parece tan ajena —suspiró internamente.
—Gracias… —ella sonrió alegremente mientras sus ojos parpadeaban con un brillo travieso.
«Algún día te conquistaré, Rio Havenglow. Te prometo que serás mío».
Ella se vistió de esta manera y llevaba un vestido un poco revelador para encantarle con su busto, pero su plan falló. No solo Rio no fue seducido por su cuerpo atractivo, ni siquiera la miró como harían otros chicos.
Otros hombres la harían sentir incómoda mirando su cuerpo pero este chico era totalmente diferente. Ella no vio ni un atisbo de lujuria en sus ojos.
Ella se sintió conmovida por su comportamiento encantador como un caballero.
—¿Puedo irme ahora? —le pidió permiso esta vez, ya que ella lo hizo detenerse unas cuantas veces cuando él quería irse.
—Eso es muy dulce de tu parte. Desearía mantenerte aquí, pero ¿te quedarás? —lo provocó ella.
Él negó con la cabeza y comenzó a dirigirse hacia la puerta.
Nyla lo siguió mientras tomaba las galletas en su mano.
—Rio... no comiste estas. —le entregó ella.
Él las tomó y preguntó:
—¿Por qué me sigues?
—Soy tu amiga, así que te ayudaré a instalarte en tu habitación. —dijo ella de manera dulce mientras cerraba la puerta detrás de ellos.
—¿Un amigo tiene que hacer eso? —frunció el ceño él y comió las galletas que ella le dio mientras continuaba caminando.
—Muéstrame tu tarjeta de acceso y luego podemos encontrar tu apartamento. —pidió ella mientras se detenía en el exterior del primer edificio del que salieron.
Rio sacó su tarjeta de acceso y se la mostró.
Ella la tomó de su mano y una sonrisa floreció en su rostro, lo que hizo estremecer a Rio.
—No eres solo mi amigo ahora. —dijo ella mientras entraba al primer edificio, donde estaba su apartamento.
—¿Qué quieres decir y por qué te vas sin devolverme mi tarjeta de acceso a mi apartamento? —su voz sonó desde detrás. Él la siguió dentro del edificio con una mirada desconcertada.
—También eres mi vecino y tu apartamento está en el primer piso. —habló ella y abrió la puerta del apartamento en el primer piso.
—¿Es esto una coincidencia?
Rio se sorprendió cuando la escuchó decir que tenían un apartamento en el mismo edificio.
Entraron al salón, que era similar a la habitación de Nyla.
—¿Por qué se siente como esas escenas de una serie de televisión donde las parejas entran a su nueva casa juntos?
Rio se alivió al ver una puerta para la cápsula de portal en la esquina de la habitación entre el estante de la cocina y el dormitorio.
Ella fue a abrir la puerta del dormitorio como si fuera su propio apartamento. Rio la siguió.
Una cama de tamaño king estaba colocada sin ningún colchón o manta. Había un escritorio al lado de la pared junto a una ventana y un armario. También había una cápsula de RV similar a la que vio en el aula.
—¿Por qué tenemos cápsulas de RV en nuestra habitación? ¿No es eso muy caro para dárselo a cada estudiante? —le preguntó él mientras señalaba la cápsula de RV.
—¿Nuestro cuarto? —le preguntó ella con un tono divertido, y sus ojos estaban llenos de travesura.