Para Lia, esta era la primera vez que lloraba tan profundamente por alguien. Amaba a Rio con todo su corazón y la idea de que él estuviera en peligro la destrozaba. Todo lo que podía hacer ahora era esperar y rezar para que él estuviera seguro, dondequiera que estuviera.
Después de secarse las lágrimas, Lia trató de calmarse.
Se sentó sola en su habitación, perdida en sus pensamientos sobre Rio y con anhelo de hablar con él, pero de repente, escuchó su voz resonando en su mente una vez más, provocando que una sonrisa se dibujara en su rostro.
—Oye, Cariño. Tengo una pregunta para ti. ¿Cómo te sentirías si algo le pasara a Leona? —preguntó él.
La voz helada de Lia sonó en la mente de Rio, llena de frialdad y preocupación —¿De qué estás hablando? No juegues conmigo. Helia ha estado a mi lado desde la infancia. Ella es mi hermana, y si algo le pasara, me rompería el corazón. Entonces, ¿por qué preguntas por ella de esta manera, Esposo?