—¿Cuándo volverás? —preguntó Rio, ya que no le gustaba que ella se fuera, dado que él había venido recientemente de lo salvaje.
—Habría preferido no ir, pero Padre decía que es una reunión importante donde hablarán sobre algunos asuntos cruciales del imperio y tengo que estar presente. Aunque mi corazón no acepta irme cuando acabas de tener un gran percance y quiero llevarte conmigo, tenemos que estar completamente preparados antes de que hagas tu primera aparición frente a esos zorros astutos —dijo Lia, su voz estaba llena de una emoción profunda mientras su rostro se sumergía en la tristeza de dejarlo aquí solo.
—No estés triste por eso. Son solo unas horas. Yo solo tomaré un descanso —dijo Rio, acariciando sus suaves mejillas con sus manos mientras miraban el reflejo del otro en el espejo.