—La Segunda Madre decía que Henry Doyle no me ha visto cerca del refugio y Lia también quiere que me mantenga alejado de las misiones. No es una mala idea unirme a él ya que no estoy familiarizado con la torre morada —pensaba Rio para sí.
Al ver al chico de cabello carmesí contemplando sus opciones, Lucas malinterpretó y dijo:
—Creo que no quieres venir conmigo en un viaje a la torre morada del paria que es infame por su mala suerte y conocido como el niño de la desgracia. A donde quiera que voy traigo peligro. Puedo entender si te acompaño, tú también puedes enfrentar mala suerte así que no querrás unirte a mí. Lo siento por hacer perder tu tiempo...
Su voz se llenó de decepción y tristeza mientras se daba la vuelta para irse.
—Espera... —La voz de Rio sonó detrás de él.
Lucas miró hacia atrás con ojos curiosos, esperando a que él completara su frase.
—Vendré contigo. Nos encontramos en la Torre Amarilla del refugio de parias en dos horas —dijo Rio con voz despreocupada.