—¿El Presidente... está planeando cometer genocidio? —drenó de color Remy mientras tartamudeaba.
Grace, Emiko y Yui compartieron expresiones oscuras y perturbadas. Nunca en sus vidas imaginaron que él resultaría ser alguien tan malvado, sin ningún límite. Era como si no fuera humano de corazón ni de alma.
—Oh, bien. No puedo creer que nos lo esté poniendo fácil para— —rió con desdén Rebeca—. Se detuvo en seco, sus palabras se secaron bajo el peso de sus miradas, la irritación centelleaba en sus ojos mientras sentía el juicio irradiando de estos humanos.
Chasqueó la lengua frustrada, molesta por cómo estos días se sentía perturbada por lo que ellos pensaban de ella.