Asher se tomó un momento para ordenar sus pensamientos al darse cuenta de que, aunque fuera frustrante y no el modo más efectivo, podría hacer lo que Rowena le pedía con la ayuda de Kira y probablemente de cierta persona también. Y al menos ahora tenía el apoyo de Rowena para seguir a Rebeca.
Asher ofreció un asentimiento reconfortante, una sonrisa tranquilizadora se dibujaba en sus labios —No te preocupes —comenzó, su voz reflejando la determinación en su mirada—. Haré lo que me has pedido.
La gratitud que crecía dentro de Rowena era evidente en el calor que brotaba en sus ojos.
Ella lo miró, su mirada ardiente y sincera —Gracias por entender. Por todo —hizo una pausa antes de agregar—. Mi padre me cuidó bien y me enseñó todo lo que sé ahora. Pero solía resentirme porque me hizo creer que estaba destinada a casarme con Oberón. Pero ahora... —su voz tembló ligeramente— ya no lo siento así porque me llevó a ti.