Tenía un leve color azul, con un toque de verde allí. Sabía que esto no era solo un elemento espiritual, sino también una afinidad.
—¿Hay algo mal? —Ford se impacientaba mientras William tardaba mucho más en examinar su cristal, especialmente cuando se había formado una pequeña fila detrás de él durante la última hora.
—Tú, amigo mío, tienes doble afinidad espiritual... ¡Genial!
—¿Qué... qué significa eso?!! —Ford actuaba con timidez y no sabía de qué hablaba William.
—Significa que tu futuro ha cambiado, y para mejor, de hecho —respondió William con una amplia sonrisa—. Ve y encuentra a Sara, dile que te he concedido acceso al equipo Colas Negras.
—¿E... En serio?!!! —Aunque era un maestro tímido proveniente de un lugar pequeño, de un lugar remotamente lejano, aún sabía lo que significaban las palabras de William.