—Incluso si termino lejos del lugar de esta batalla, no hará diferencia —ya le había dicho a Pereza que activara la formación en el momento en que la terminaran—. Y así, los líderes oscuros tendrían otro problema que resolver, un desastre con el que no podrían lidiar.
—Para este momento, se sentirían como si tuvieran su casa hecha de vidrio, y tuvieran que detener la cercana lluvia de meteoritos ardientes que caen del cielo.
—William siguió excavando y no se preocupaba por nada más. Calculó seguir haciendo esto durante dos horas antes de comenzar a dirigirse hacia la superficie nuevamente.
—Su velocidad de excavación no era lenta, pero el alcance del mar de fuego que inició era suficiente para cubrir kilómetros alrededor de las puertas. Así que tenía que asegurarse de no cometer un pequeño error en sus cálculos, terminando en medio del mortífero océano de fuego allá arriba.
