Guillermo no necesitaba pensar demasiado en ello. El primer y más efectivo arma que se le ocurrió fueron sus granadas, las nuevas que había creado antes.
Estas granadas eran mortales, mucho más que cualquier fuerza en este mundo podría enfrentar. Las había usado para luchar contra la niebla mortal antes, combatiendo contra las fuerzas naturales del mundo.
Tenía grandes esperanzas en sus granadas. Y así, comenzó a enviar una larga lista de materiales de vuelta al líder de la ciudad, pidiendo a la familia real que proporcionara toneladas de estas, cuanto más mejor.
La familia real de la ciudad comenzó a trabajar en proveer estos materiales. Al mismo tiempo, muchas otras ciudades también estaban trabajando para prepararse para la próxima batalla.
Muchos maestros comenzaron a reunirse. Las palabras se difundieron rápidamente, y las noticias alcanzaron lugares lejanos y distantes.