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La tierra era negra como el carbón antes, llena de un rojo intenso que venía de la lava que brotaba del subsuelo. Pero ahora era de un color blanco, con una torre negra muy distintiva, una torre larga y enorme al final de su vista.
No necesitaba acercarse para adivinar qué era. Justo con todas las pistas que había recogido hasta ahora, podía decir fácilmente que era una Torre Negra.
—Las Torres Negras solo aparecen cuando un mundo va a acabar, y otro está al borde de nacer en su lugar... ¿Qué está pasando aquí? —William estaba profundamente desconcertado por esto.
Las Torres Negras eran algo que no había sido hecho por el hombre, tampoco por monstruos. Era un fenómeno natural, uno que muchos describían como intentos del universo para arreglar algo grande, equilibrar lo que se había arruinado en un mundo determinado.
