Al siguiente momento William se lanzó hacia adelante, persiguiendo a Rick.
Ya que las cosas se habían torcido de manera tan inesperada para él, Rick no dejaba de maldecir a William en su mente y corazón. —¡Ese hijo de puta! Si hubiera sabido que crecería para convertirse en un enemigo tan problemático, uno que arruinaría mi vida una y otra vez, entonces lo habría matado cuando lo conocí con ese maldito anciano... —Rick lamentaba no haber sido decisivo en aquel entonces, no haber olfateado el gran peligro que emanaba de William cuando lo conoció antes en la academia. En aquel entonces, William era solo un maestro bronce débil, impotente y no tenía ninguno de los famosos recursos o la vasta base actual de su gremio.
Pero nunca esperó que un niño tan delgado y desgastado fuera la kriptonita para él y muchas de las fuerzas oscuras. Rick apartó esos pensamientos por ahora y se centró en escapar rápidamente.