—William maldijo cuando vio que los leopardos ya habían llegado aquí —Se había absorbido tanto en la lucha que no se dio cuenta de que ya habían pasado ocho horas.
—¿Podrías al menos responderme? —La voz de Lara llegó junto a él para hacerle saber cuántas veces había intentado contactarlo y había fallado. William sacó su Bala y no se molestó en explicar nada:
— ¿Cuál era la pregunta otra vez?
—¡Vaya! Si los monstruos no me matan, ¡tu actitud lo hará!
—Simplemente di lo que te molesta —William contuvo sus risas para no enfurecerla más. Podía imaginarse a ella y a otros vicios de su equipo tratando de alcanzarlo en las pasadas horas sin obtener una sola respuesta.
—Debe haberla vuelto loca. En cuanto a los vicios de su equipo, ya habían experimentado tales momentos de silencio hace cinco años —[¿Cuándo lo haremos? Estoy hablando de ese material extraño que hiciste que mi gente hiciera y distribuyera por toda la ciudad… ¿Cuándo lo liberaremos?]