Esta no era la primera vez que se enfrentaba a una situación tan mortal y amenazante. Así que ni siquiera entró en pánico ni se asustó, ya que planeó tranquilamente sus próximos movimientos.
Para su sorpresa, la intervención del líder resultó ser de gran ayuda. No solo le compró un poco de tiempo al charlar con Tomason anteriormente, sino que también dio muchas instrucciones a su equipo, evitando que actuaran impulsivamente o basándose en sus instintos y experiencia.
Así que mientras ese líder comenzó a hablar, William se movió tranquilamente hacia una dirección, sacó su arco y unas flechas, antes de liberar sin dudarlo algunos de sus flechas explosivas.
Las flechas aterrizaron rápidamente y explotaron, haciendo imposible que cualquiera permaneciera inactivo. Incluso el líder tuvo que detener lo que estaba diciendo, mientras observaba diez flechas golpeando diez lugares diferentes al mismo tiempo, desatando grandes bolas de fuego.