Guillermo sabía que tenía que evitar la dirección por la que se movían esos pedazos. Y eso significaba que tenía que escoger una de las dos direcciones disponibles para él.
O bien rodeaba la ruta de esos pedazos por fuera o se acercaba a la formación. Y de hecho, escogió la segunda opción.
Él e Ibra venían de esa dirección, despejando muchos monstruos en su camino. Pero cuando Guillermo fue allí, se sorprendió al ver montones de monstruos acechando ahí, y muchos perseguían las piezas voladoras como perros intentando atrapar pelotas lanzadas o algo así.
Si usaba su espada, se movería lentamente y tardaría más en matar a esos monstruos y despejar un camino para él. Podría haber usado su técnica de relámpago, pero eso agotaría su poder espiritual más rápido de lo que quería.
¡Así que, la única opción que le quedaba eran sus cuchillos, y su arco y flechas!