—¡Vaya niño arrogante que eres! ¡Tsk! —Ibra movió su brazo, volviendo a hacer lo que William había instruido. Y todos los demás hicieron lo mismo.
Como William había explicado, cuando examinaron estas bolsas de cerca, encontraron que estaban unidas al cuerpo del monstruo en un punto estrecho en sus partes superiores.
Cuando intentaron sacarlas, salieron justo como sacar una patata de la tierra. ¡Y pronto todos se volvieron bastante experimentados en lidiar con estas cosas!
William no se movió ni un centímetro de su lugar, observando tranquilamente a todos haciendo su mejor esfuerzo para quitar todas las escamas y bolsas de los trozos del monstruo.
—¿Dónde está ese núcleo? —Solo se mantuvo enfocado en un único objeto, el núcleo. Estaba locamente ansioso por conseguirlo.
Había algo que podría impedirle absorberlo en ese momento, que era el enorme abismo entre su propio poder espiritual y el inmenso poder espiritual almacenado en el núcleo.