—Sólo continúen explorando —William hizo una pausa para dejar que su mensaje se transmitiera—, vean si hay otros monstruos o enemigos al acecho detrás.
—¿Estás seguro? —Smith parecía bastante ansioso por luchar—. ¡Puedo desviarlos o comprarles más tiempo para prepararse!
—Haz lo que digo —el tono de William llevaba su peso autoritario como líder del equipo— y no te enfrentes a nada sin consultarme primero.
—¡Tsk! —A Smith no le gustó la respuesta que recibió de William. Quería calentar, matar a algunos de los débiles leopardos de bronce, hacer que lo persiguieran en círculos, antes de que William trajera al equipo y los cazara.
Esa era la táctica de lucha ideal en su mente, pero él no era William. Este último no quería solo matar a estos monstruos, quería que su equipo se acostumbrara a sus peculiares formas de luchar, conocer las habilidades de los demás.