—Era un tipo de ataque que fácilmente podría ser contrarrestado si el maestro espiritual supiera lo que iba a suceder. Pero si el maestro espiritual no lo sabía, no importaba cómo intentara defenderse, terminaría siendo herido por estos colmillos. La parte más letal de estos colmillos residía en el veneno que portaban. Era un veneno que no tenía antídoto, excepto uno que podía ser creado únicamente por el miembro de la Gran Mamba Negra que iniciaba el ataque. En resumen, una vez golpeado, era la historia final para el maestro espiritual que se enfrentaba a cualquier Gran Mamba Negra. Y lo más aterrador era que solo bastaba un golpe, y el miembro de la Gran Mamba Negra se retiraría, dejando a su enemigo a su condena inminente por el veneno corriendo en su cuerpo.