El tiempo parecía ralentizarse para las personas dentro de la arena.
El primero en actuar fue Rodney. Sintió su cuerpo increíblemente ligero, como si le hubieran crecido alas en la espalda, mientras avanzaba volando, tratando de atrapar a su reina.
Ulrick, que vio lo que sucedía, estaba a punto de lanzarse hacia adelante también, para que nadie saliera herido. Pero entonces una segunda intención asesina pulsó en la sala de entrenamiento, esta mucho más viciosa.
Inmediatamente, sintió una fuerte presión que lo golpeaba, y supo al instante que esta amenaza era mucho más peligrosa.
Mirando hacia las gradas, vio una mancha borrosa que iba desde el lado de los invitados hacia donde estaba su hija y supo lo que estaba sucediendo.
No podía permitirse preocuparse por el bienestar de Fénix ni por el intento de su hijo de salvar a la chica. Si lo hacía, su hija moriría, estaba seguro.