Mientras Galtion daba círculos en el muro interior del coliseo, pensando lentamente cómo transferir su velocidad en propulsión hacia arriba, Astaroth estaba teniendo un ballet aéreo con el Liche.
Al principio, sus maniobras no eran tan suaves como deseaba, pero rápidamente se adaptó a sus capacidades de vuelo y se convirtió en una verdadera amenaza para los muertos vivientes.
El Liche, como resultado, tuvo que realizar movimientos cada vez más difíciles para zafarse de los ataques rápidos de Astaroth, y no podía concentrarse en alcanzar a los cuerpos de los muertos vivientes fuera de su pequeño dominio.
Sabiendo que necesitaba tratar a estos títeres de carne viviente con más seriedad, dejó de intentar extenderse más. En cambio, el Liche juntó sus manos, lanzando maná oscuro en todas direcciones.
