David podría ser uno de los humanos más fuertes actuales en la Tierra, pero sabía muy bien que eso solo aplicaba a los humanos. La criatura que avanzaba hacia ellos sobrepasaba por mucho lo que deberían enfrentar en términos de poder.
—Creo que deberíamos retroceder y volver —declaró, con sudor perlado en su frente.
Alex lo miró, confundido. Aún no había visto a David retroceder en una pelea.
—¿Desde cuándo retrocedes? ¿No eras tú el futuro de la humanidad? ¿Cómo puedes ver todos estos monstruos y pensar en huir?
Su voz contenía algo de desprecio. Ese día, una pequeña parte del respeto que Alex tenía por la actitud de duro de David desapareció.
—Si morimos aquí, ¿cómo vamos a seguir luchando por la humanidad, eh? Usa un poco tu cabeza vacía, Alex. Este enemigo está muy fuera de nuestro alcance. Deberíamos retroceder y volver cuando seamos más fuertes. O conseguir ayuda de gente bien armada —dijo David.