La repentina llegada de Astaroth sorprendió a Luz Silenciosa, pero aún más su reacción.
—¡Vaya, tío, cálmate! —exclamó.
—¡Te besaría en la boca si no pensara que Fénix nos incineraría a ambos! ¡Gracias! ¡Mil veces gracias! —dijo con emoción.
Junto a ellos estaba un emocionado Korin, cuyos ojos podían ver por primera vez en meses, lágrimas recorriéndolos. De pie sobre sus propios pies, miró hacia abajo su miembro regenerado, con sus ojos nuevos, y no podía creerlo.
Al lado de él, Aj'axx estaba estirando un brazo regenerado, flexionando un miembro que no había visto en meses. Sus ojos también estaban nublados por las lágrimas mientras contenía las ganas de unirse al abrazo de Astaroth.
Astaroth aún sostenía a Luz Silenciosa con fuerza, este último comenzando a sentirse incómodo.
—Astaroth, suéltame. Me estás avergonzando —se quejó Luz Silenciosa.