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Astaroth sabía que no tenía tiempo para esquivar, así que hizo lo siguiente mejor. Levantó sus brazos, cruzándolos frente a él, con la esperanza de bloquear parte del impacto.
Pero no esperaba lo que ocurrió a continuación.
Cuando la masiva esfera de maná demoníaco lo alcanzó, apretó los dientes, esperando que el impacto lo enviara volando hacia atrás. Pero el impacto no llegó.
Cuando la esfera lo alcanzó, una poderosa succión apareció de repente, originándose de su anillo. El anillo absorbió la entera esfera de maná demoníaco en cuestión de segundos, dejando a Astaroth allí parado, sin palabras.
Sintió que el anillo pulsaba algunas veces antes de volver a la normalidad.
—¿Qué diablos? —murmuró.
Astaroth no sabía qué había sucedido, y cómo el anillo manifestó poder por sí solo, pero no escupiría una victoria. Pero tomó nota mental de hablar con Salomón tan pronto como fuera posible.