Cuando la onda expansiva lo alcanzó, la fuerza vació los pulmones de Astaroth, empujándolo hacia atrás como un meteoro. Voló hacia atrás, chocando contra un obstáculo sólido, antes de perder el conocimiento.
Al abrir los ojos, Astaroth estaba en un lugar oscuro. A su alrededor había motas de luz en la distancia.
—¿Dónde diablos estoy esta vez?
Girando sobre sí mismo, notó que había algo debajo de sus pies que actuaba como un suelo. No podía ver nada que sostuviera su peso, pero podía sentir la gravedad y sus pies sobre una superficie sólida.
Dando un giro completo, notó algo cerca de él. Había lo que parecía un estanque en una plataforma elevada hecha de algún tipo de roca negra.
Astaroth se acercó intentando mirar dentro. Lo que vio le hizo fruncir el ceño.
El agua en el estanque no daba reflejo. En cambio, parecía que el estanque actuaba como una ventana a algún lugar.