***En otra plataforma, durante la primera ronda de la tercera fase***
Fénix estaba mirando a los ojos de una persona que reconocía. Este hombre era la última persona con la que quería enfrentarse.
Era Khalor, el Nigromante. Detrás de él, estaban de pie tres figuras colosales.
Uno, era un hombre alto completamente armado, con una alabarda alta en sus manos.
El segundo, era un gigantesco cuervo de dos cabezas, que se cernía sobre él.
El tercero, era un monstruo gigante con el cual ella había estado luchando no hace mucho tiempo. La Mantícora.
Fénix sabía que esos tres muertos vivientes solos podrían aniquilarla. Su mejor apuesta era derribar al jugador más rápido de lo que ellos pudieran acabar con ella.
Pero en cualquier caso, eso era más fácil decirlo que hacerlo. Sabía con solo mirarlo que él era tan fuerte por sí mismo como sus muertos vivientes.