—Que te jodan —maldijo Raydon mientras pateaba la cápsula de juego, la cual había descubierto previamente que era una formación.
—He encontrado teorías que dicen que nuestra existencia no es más que una simulación, pero nunca pensé que pudiera ser cierto —murmuró con una mezcla de enfado e incredulidad.
Raydon se quedó con un sabor amargo en la boca después de darse cuenta de que su vida anterior no había sido más que una simulación meticulosamente diseñada para parecerse a la realidad. Hasta ahora había creído en su autenticidad, sin saber que toda su existencia había estado bajo constante observación y manipulación por fuerzas desconocidas. Se sintió desilusionado e inquieto al darse cuenta de que toda su vida había sido una mentira.
—Maldita sea, tenía que haberme dado cuenta de inmediato de que algo andaba mal cuando obtuve este extraño título en vez de un dedo de oro —refunfuñó Raydon.