—Hombre, he estado frente a esta puerta muchas veces antes, pero nunca la he visto abrirse, esta espera realmente me está poniendo nervioso —mientras esperaba la apertura de la puerta y la invitación para entrar, comentó Zephyr.
—No te preocupes, compartimos los mismos sentimientos que tú. Después de todo, las únicas personas que tienen permiso para entrar a la sala de entrenamiento del jefe de la familia son el señor Cael y la señorita Diam —los mismos sentimientos de emoción se podían escuchar en la voz de Seren.
Eran conscientes de que esta sala subterránea servía como la sala de entrenamiento para el jefe de la familia, pero ninguno de ellos había mirado nunca dentro. Ahora solo estaban esperando que la puerta se abriera para ellos y así poder ver lo que había en su interior.
*Chirrido*
Todos se estaban poniendo cada vez más tensos y emocionados mientras esperaban, y estos sentimientos se amplificaron al darse cuenta de que la puerta finalmente comenzaba a abrirse.