—Jaja, los conseguí. Vaya, estos se ven geniales... ¿Eh? —Abrió su boca ampliamente para expresar su felicidad cuando de repente escuchó un sonido crujiente sobre su cabeza.
—Esto tiene que ser una broma, ¿verdad? —*BAMMM* Inesperadamente, un trozo de la roca que estaba sobre el joven se desprendió y cayó sobre él.
—Oh, no. ¿Qué tipo de mala suerte es esta? —El hombre se apresuró hacia la roca que caía e intentó salvar al joven, pero cuando notó los rayos de luz que emergían de debajo de la roca, se dio cuenta de que el chico ya había muerto.
—¿Cómo puede suceder esto? —El hombre parecía sorprendido y molesto. Suspiró y dijo mientras se giraba para enfrentarse a Raydon —En los combates, todo tipo de cosas imprevistas pueden ocurrir.
—Sin dejar de sonreír, Raydon respondió —Absolutamente, pero no creo que esto haya sido algo imprevisto.
—¿A qué te refieres? —preguntó el hombre frunciendo el ceño. La sonrisa de Raydon le provocó molestia.