—Está bien. ¿Debo conseguir el contrato? —preguntó el anciano.
—No hay necesidad de eso. Tengo uno aquí —respondió Jack mientras sacaba un contrato del bolsillo de su pantalón.
Los labios del anciano temblaron al pensar que tal vez Jack había venido demasiado preparado. ¿Podría ser que Jack ya estuviera planeando reclutar a la organización sombría cuando vino? Solo de pensar en ello, no pudo evitar maldecir a Jack por haber golpeado a su nieto y a su hijo.
Lo que el anciano no sabía era el hecho de que el contrato que Jack había sacado era en realidad del sistema. Al igual que los 100 títeres, los contratos eran capaces de materializarse del sistema.
Con solo un pensamiento, el contrato era capaz de aparecer en el bolsillo de su pantalón. Entonces, lo sacó y comenzó a escribir los detalles de lo que quería.