—¿Collins? ¿Qué pretendes haciendo esto? —Aunque acababa de recobrar la conciencia, no era tan tonta para no saber que en realidad había sido secuestrada. Miró a Collins con una ira en sus ojos clara como la luz del día.
—Jaja, no tienes que preocuparte por eso Celine. Te traje aquí porque quiero proponerte otra vez, ¿puedes ser mi novia? —Collins preguntó sonriendo.
Celine lo miró fríamente y dijo:
—Ya te dije Collins, no te amo y nunca lo haré. Además, deberías dejar de soñar con echarme el guante. —Mientras decía esto, Celine se giró, buscando la salida del parque infantil.
—¿Estás segura de eso? Creo que puedo retenerte todo el tiempo que quiera. —Collins se burló de ella. Luego, la miró con una expresión oscura. Aunque había esperado que ella no estuviera de acuerdo con esto, aún así no le gustaba la sensación de ser rechazado por una chica varias veces seguidas.