En el instante en que Hakon y Absalom se lanzaron contra él, Belloc reaccionó.
Extendiendo su mano, el gran hacha que le habían regalado en su cumpleaños voló hacia ella con muy poco o nada de retraso.
Con su otra mano, rápidamente sacó a Stheno del peligro acercándola más a él, y sorprendiéndola bastante en el proceso.
Con el lado plano de su espada, apartó la mano de Hakon que buscaba su garganta, y lo pateó fuertemente en el costado lo suficiente como para enviarlo a él y al hermano detrás de él rodando a través de las puertas de hierro de Stheno.
—*En la sombra del girasol*
Apofis:
—Déjanos salir, abuelo. Esos cabezotas están cometiendo un error.
Asmodeo:
—Quédate tranquilo, Joven. Observa con más atención lo que está sucediendo.
Apofis siguió el consejo de su abuelo y prestó más atención al mundo de arriba.
Allí, podía ver a su hermano luchando fieramente contra dos de los tenientes más fuertes de todo el ejército de Seol.