—¿No están las manos de nuestro hijo un poco demasiado bajas? —preguntó Lisa.
—¿D-Dónde aprendió a besar así? ¡Parece que él y esa pobre chica están tratando de devorarse el uno al otro! —exclamó Eris.
—Eh, probablemente de vernos a nosotros —Bekka se encogió de hombros.
—Oh, cierto...
—Thea y su novia son tan dulces —comentó Audrina.
—Aww, ¡ahora Nita está saliendo! ¡T-Todos se están abrazando! —exclamó Lailah.
—¡Voy a llorar! ¡Necesito un pañuelo! —Seras estaba visiblemente emocionada.
Valerie usó sus poderes y materializó una caja de pañuelos de la nada, y la pasó a todas sus hermanas.
Las ocho estaban asomándose por la ventana al patio trasero, claramente espiando a sus hijos mayores y sus relaciones.
Detrás de ellas, Abadón estaba de pie con Gabrielle en un brazo mientras el otro sujetaba la mano de Mira, los tres con una expresión igualmente preocupada.
—No entiendo. ¿Qué les pasa a nuestras madres? —preguntó Gabrielle.