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Eran las 6 A.M. de la mañana cuando Alyssa abrió los ojos. Extrañamente, era la primera vez que no tenía sus pesadillas.
Se sintió refrescada, pero su memoria estaba nublada.
A medida que la luz del sol entraba en la habitación, le costaba abrir completamente los ojos, pero después de frotárselos un par de veces, miró alrededor y vio a Asher, que dormía plácidamente.
Al verlo, los recuerdos del tiempo que habían pasado en el Calabozo y de cómo ella había logrado salir con vida le llegaron de golpe.
Inmediatamente miró sus brazos y vio que todavía tenían un aspecto pálido.
—Haah —exhaló aliviada.
No lo había pensado en ese momento, pero si el doctor hubiera notado su disfraz y descubierto que estaba bien, muchos problemas se le vendrían encima.
Se incorporó para sentarse en la cama, y el sonido despertó al joven que dormía en una silla en su habitación.
Asher abrió lentamente los ojos al ver un rostro familiar frente a él.