Detrás del Castillo, bajo una cámara secreta...
Anon está sentado en una silla de madera, lleva puestas sus gafas de sol y frente a él está sentado el Tuétanonocturno que Anon capturó antes.
El Tuétanonocturno no está atado a la silla, es libre de correr a donde quiera, pero tenía demasiado miedo de Anon.
El Tuétanonocturno sabía que si intentaba huir, Anon inmediatamente lo mataría y colocaría su cuerpo de vuelta en esta silla. Porque ya había intentado escapar 53 veces y el resultado fue el mismo.
—Entonces, ¿vas a abrir la boca o qué? —preguntó Anon con una sonrisa.
«Mi sangre no funciona con este tipo... Eso significa que es una criatura No muerta. Su sangre ha sido modificada, eso puedo decirlo.
Quienquiera que los esté creando, está inyectando su propia sangre en sus pechos y cada vez que muerden a Alguien, la sangre se transfiere entonces al cuerpo de la presa.
Una técnica utilizada principalmente por Vampiros» —pensó Anon mientras sonreía y miraba a la criatura.