Reino Scubi...
Un gran reino rodeado por enormes murallas de material desconocido. Dos guardias íncubos están de pie en la puerta principal y están revisando estrictamente todo lo que entra en el reino.
Los demonios de bajo rango eran expulsados instantáneamente en la puerta y los demonios de alto rango eran tratados con respeto.
«Veamos...», pensó Anon mientras sacaba un abrigo de mayordomo negro de su inventario y se lo ponía.
—Oi, prepárate con tu postura de princesa. Nos estamos acercando a la puerta de entrada del reino —ordenó Anon mientras golpeaba la ventana.
—Maestro... Los encantamientos de esclava en mi cuerpo —habló Kolis a través de la ventana.
—Oh, sí... —Anon habló mientras chasqueaba de inmediato los dedos y hacía desaparecer todos los encantamientos de esclava de su cuerpo.
—Vale, estoy lista —respondió Kolis.
—Oi, bruja... Tú también mantén tu postura formal y real. Solo no hables nada y ¿te pusiste la ropa que te di? —preguntó Anon.