Un carruaje que es arrastrado por un caballo de Tres caras está parado frente al castillo Stromtide.
—Cariño... Volverás pronto, ¿verdad? —preguntó la reina de Stromtide con una sonrisa.
—Sí, sí y por milésima vez, ¡joder sí! —gritó Anon mientras se sienta en el carruaje.
Tras él siguieron Kolis la princesa Súcubo, y la Witchcreta.
—Señor, ¿está seguro... de que no me necesita? —preguntó Heli con una sonrisa.
—No, tú cuida de ese chico... ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Jurid —habló Anon mientras cerraba la puerta del carruaje.
—Mueve el puto carruaje... —ordenó Anon.
—S-Sí —el conductor inmediatamente comenzó a mover el carruaje.
—¿A dónde nos dirigimos, señor? —preguntó la Witchcreta con una expresión confundida.
—Al reino Súcubo —habló Anon mientras miraba a Kolis.
—Espera, ¿en serio? —Kolis preguntó con una expresión impactada.
—Sí, Luv. Vamos a tu hogar —respondió Anon.