—¿Mmm...? ¿Lo he perdido de nuevo? —pensó Anon con una sonrisa mientras se levantaba lentamente del regazo de ella y miraba alrededor con una sonrisa en su rostro.
—Mmm... ¿Señor Anon? ¿Está despierto? —preguntó Heli mientras se despertaba y miraba a Anon.
—Sí... Pero tú sigue durmiendo —ordenó Anon mientras se dirigía en la dirección opuesta.
—Está bien... —respondió Heli mientras volvía a dormirse.
Anon caminó algunos pasos hacia el norte, sacó un abrigo negro de su inventario y se lo puso. Luego tomó asiento sobre una gran piedra cómodamente.
—Este mundo... es diferente. Los demonios aquí son más fuertes que yo y eso me da espacio para crecer.
Pero, si la cago un poco... Realmente estoy jodido —dijo Anon en voz baja mientras sacaba un cigarro de su inventario y lo encendía con su dedo medio.
*Puff-Puff*
Anon sopló el humo y sonrió.
—Te veo, Luv... —dijo Anon mientras miraba al cielo.