*Pestañeo-Pestañeo*
Anon abrió los ojos y miró al techo con expresión confundida.
—Hmm... ¿Dónde demonios...? —Cuando Anon intentó levantarse de la cama, todo su cuerpo comenzó a dolerle como si fuera a colapsar de estrés.
—Maldición... Este cuerpo es demasiado frágil —Anon habló con expresión seria mientras se levantaba lentamente de la cama.
Anon caminó hasta la ventana y miró hacia fuera.
Ya estaba oscuro afuera y los soldados demonios de diferentes tribus deambulaban fuera del castillo recogiendo cuerpos de los muertos.
—Estos Demonios, no creen en ningún tipo de Dios. Hay muchas tribus de demonios en este mundo y cada una tiene diferentes talentos.
Como los Stromtidos... Tienen cerebros grandes. Saben cómo hacer las cosas. Este castillo se sostiene solo por sus estrategias... Saben cuándo sacrificar soldados y cuándo llamarlos de vuelta.