Después de volar cerca de 25 minutos, Anon finalmente llegó a casa.
—Es el maestro... Vengan todos —Sephie, que estaba de pie en el suelo, llamó a todos para que puedan saludar a Anon.
Anon, Ginger y Mile saltaron de la espalda de Adeline y ella volvió a su forma Humana.
—Oh... vaya... —Ginger se quedó pasmada mientras miraba la casa de Anon.
Estaba armada por todos lados y cubría un terreno muy amplio.
Mientras Anon caminaba hacia la puerta de entrada, se dio cuenta de que Sephie y los demás estaban allí para darle la bienvenida.
—Te saludamos, nuestro Maestro —Todos ellos hablaron al unísono mientras se arrodillaban frente a Anon.
—Hola, chicos... ¿Por qué siempre hacen esto? —Anon preguntó con una sonrisa.
—Maestro, es un ritual en nuestra tribu lamia siempre dar la bienvenida al jefe de la familia arrodillándonos, cuando regresa de la caza —Sephie habló con una sonrisa mientras miraba a Anon.
