Al entrar en la mansión, Nicolás, Anon saludó a los guardias mientras le abrían la puerta.
Aunque le habían dicho que entrase por la puerta trasera, Anon se olvidó de eso y entró por la puerta principal.
Al entrar, Anon fue recibido con la vista de criadas limpiando el vestíbulo principal.
—Ha... no puedo esperar a ver a estas perras saludándome cada vez que entro a la casa, con sus tetas y coños bien abiertos y al aire —Anon suspiró mientras se dirigía hacia la habitación de Freeda.
Al entrar en el pasillo lo recibió una linda chica de pelo blanco.
—Saludos, señor Anon —Ruby saludó a Anon mientras se inclinaba un poco.
—Buenos días —Anon no le prestó mucha atención ya que tenía otros planes en mente.
—Espera —Tan pronto como empezó a caminar, Ruby lo detuvo.
—¿Sí...?
—¿Q-Qué significaba eso? —Ella preguntó con una voz tímida.
—¿Qué "qué" significaba? —Anon preguntó mientras le sonreía a Ruby, burlonamente.