—Has perdido —susurró Mike en su oreja mientras soltaba su cuello y la espada.
—¿C-Cómo...? Ni siquiera te vi moverte —habló Yuko con expresión seria.
—He estado entrenando mi velocidad y mi magia durante los últimos 200 años, Señora. ¿Realmente pensabas que podrías derrotarme así?
—Estaba a punto de usar solo el 10% de mi fuerza al principio, pero cuando me dijiste que use todo lo que tengo... sentí el honor en tu voz y usé todo —respondió Mike con una sonrisa.
—¿Ahora entiendes? —preguntó Anon con una sonrisa mientras invocaba otro cigarro y lo encendía.
—GWaaahhh.
De repente, la voz de vómito de un hombre vino del estanque cercano.
—¿Qué... es eso? —preguntó Lisa con expresión confusa.
—Nada de lo que deberías preocuparte, luv —respondió Anon con una sonrisa.
—OKay —respondió Lisa mientras decidía ignorar la voz.