Dentro de la fábrica, siete personas están frente al dueño de la fábrica.
En la parte delantera, una chica con cuerpo musculoso está de pie, y su rostro tiene una gran quemadura en su lado izquierdo.
—Sr. Quilla... No voy a repetirme. Me prometiste 7 oros por este transporte, y ahora solo me estás dando 3 oros. ¿Qué se supone que haga con eso? —preguntó ella con expresión enfadada.
—Mira... Sé que te prometí eso... pero ¿por qué te lo daría si ni siquiera garantizas que mis bienes llegarán a su destino? Si puedo asegurarme de que mis bienes llegarán a su destino, entonces te daré 6 oros, y si algo les pasa a mis bienes, me darás un reembolso completo —dijo Quilla con una sonrisa.
—Maldito... Pero, esto sigue siendo muy poco para una ruta de transporte tan larga. Tengo 5 conductores y 7 miembros de la tripulación que alimentar... ¿Cómo crees que voy a pagarles? —preguntó la chica con una expresión irritada.
—Oye, oye... No vas a pagar el Impuesto Real, ¿verdad?