Anon sacó su pene de la boca de Freya y le dio dos golpes en la cara.
—Aquí... Recuerdas este olor —Anon habló mientras frotaba su pene sobre las fosas nasales de Freya para hacer que su mente recordara el olor de su miembro.
—Hah... Ahora, usemos tu inútil coño... ¿Deberíamos? —Anon preguntó con una sonrisa mientras se levantaba de sus pechos y colocaba su pie sobre la cara de ella una última vez antes de moverse hacia su coño.
—Sí~ Maestro~ —Freya cerró las manos y abrió las piernas como una obediente perra lo haría frente a su maestro.
—Jaja... ¿Qué tan puta barata eres? —Anon preguntó con una sonrisa mientras se arrodillaba y comenzaba a frotar su pene sobre los húmedos y rojos labios del coño de ella.
—Anhh~ Anhh~ Maestro~ por favor no molestes más a esta perra y usa mi coño. Por favor bendice mi coño con tu pene~ —Freya habló mientras sentía el pene de Anon frotándose continuamente sobre su coño, pero él no lo insertaba dentro.