```
*Pisotón-Pisotón*
*Golpe-Golpe-Golpe-Golpe-Golpe*
—¡Joder... cómo puede estar tan tranquilo! —gritó el chico rubio con una expresión muy enfadada mientras lanzaba todo lo que había y empezaba a pisotear aquí y allá.
—Ese hijo de puta... No, no... Tengo que matar a este cabronazo si quiero que mis planes tengan éxito. Tengo que matar a Anon Agreil —habló el chico rubio con una expresión seria mientras comenzaba a morderse las uñas.
*Toc-Toc*
De repente, se escuchó una llamada en la puerta.
—Entra... —ordenó el chico rubio.
*Clic*
Las puertas se abrieron y una chica zombi entró en la habitación. Esta chica se veía mejor que los otros zombis e incluso llevaba un par de gafas sobre sus ojos.
—Maestro, la Quimera de Dragón zombi que enviamos al Reino Elven también están muertos. ¿Quiere que libere más? —preguntó ella.
—Ese cabronazo debe haberles informado sobre su debilidad. Anon Agreil... Ahora eres mi objetivo principal —él habló con una expresión muy enfadada.