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—Vivía un hombre cierto en Rusia hace tiempo,
Era grande y fuerte, en sus ojos un brillo ardiente... —Anon empezó a cantar y a bailar sobre el agua mientras sostenía el cigarro en su mano.
—¿Te has vuelto loco? —preguntó el Susurrador del Eclipse con expresión seria.
—No, pero tú estás a punto de hacerlo... —respondió Anon con una sonrisa mientras continuaba su canción.
—La mayoría de las personas lo miran con terror y miedo, pero para las chicas de Moscú era un querido encantador...
—Bien... Este es el momento de terminarlo —El Susurrador del Eclipse habló con una expresión muy seria mientras empezaba a correr hacia Anon a toda velocidad.
Invocó una gran espada negra en sus manos y la apuntó hacia el estómago de Anon.