—No lo entiendo... ¿Cómo puedes destruir cosas con solo la vibración de tu mano? —preguntó Damon.
—Mira... Por eso no lo entiendes. No te molestes en aprender esto, he pasado 15 años aprendiendo esta mierda. Por eso puedo hacerlo... —habló Anon con una expresión agobiada.
—Tengo 15000 años... Si sobrevives mañana, por favor enséñame todo lo que sabes. Por favor... Te recompensaré con artefactos divinos si me enseñas tus técnicas mágicas —habló Damon con una expresión curiosa.
—Sí... No creo que vayas a entender nada ni en 15000 años. Entonces, ¿cuál es la siguiente cosa que vas a enseñarme? —preguntó Anon con una sonrisa.
—Bueno, puedo enseñarte algunas cosas más, pero quién sabe... Tal vez tienes las mejores alternativas y modificadas también, como la anterior —habló Damon con una sonrisa.
—Simplemente enséñame... Damon —habló Anon con una expresión neutra.
—Bien... Gira y siéntate. Pon la espalda hacia mí... —habló Damon.