Anon está sentado en la sala principal del Castillo Real y Jessica está sentada justo a su lado.
—Maestro, no te preocupes... Todo estará bien. ¿Y si no pudieran encontrar una solución a tu situación? Habrá otras soluciones, ¿verdad? —Jessica habló con una expresión triste.
—No estoy preocupado, Luv. —Anon habló mientras invocaba un cigarro y lo encendía.
*Puff-Puff*
—Entonces, cuéntame sobre ti... ¿Está todo bien? —Anon preguntó con una sonrisa.
—Bueno, no puedo decir que todo esté bien... Mi hermana cometió un montón de estupideces y todavía estoy corrigiéndolas. —Jessica habló.
—Hmm... Nunca vi a tu hermana en mi casa. ¿No la enviaste allí? —Anon preguntó con una expresión confundida.
—La envié maestro, pero se apuñaló hasta la muerte en el camino. Me aseguré de que no tuviera armas, pero no sé quién le dio un puñal.
Lo siento mucho por eso, Maestro. —Jessica habló mientras se disculpaba inmediatamente con Anon.