Anon está ahora parado frente a la puerta principal del reino de las sirenas...
*CREAAAKKKKKKKKKKKKKKKKKK*
Las puertas se abrieron y lo primero que Anon vio después de la apertura de las puertas, fue a Égida inclinándose ante él de manera muy obediente.
—Te doy la bienvenida, mi maestro —Égida saludó.
—Hola, Égida... —Anon habló mientras entraba y las puertas se cerraron instantáneamente por algunos esbirros oscuros.
—¿Cómo estás maestro? —Égida preguntó sinceramente.
—Estoy bien, Égida. ¿Dónde está mi coño de mierda, que dejé aquí la última vez? —Anon preguntó.
—Ella está dentro de mi Corte Real, Señor. Ya la he preparado para ti... Por favor, ven —Égida habló mientras ambos comenzaban a nadar hacia el Castillo Real.
—Entonces, Égida... Tengo una pregunta en mente para ti —Anon habló.
—Por favor, maestro... Hazla sin ninguna preocupación. Tu esclava leal responderá todo con la verdad —Égida habló.