—Entiendes las reglas... ¿Verdad? Ahora, comienza el juego —ordenó Anon.
—S-Señor... Por favor —Antes de que Sera pudiera completar su frase, dos secuaces oscuros le cubrieron los ojos con una tela negra y le taparon la boca con otro pedazo de tela.
—Mnnnhhhhhhh... Mnhh... Mnnhhh... —Sera intentó hablar, pero no pudo debido a la tela.
—Tu tiempo comienza ahora... Si no te agachas y recoges una llave en los próximos 30 segundos... Los esbirros que están detrás de ti te matarán, brutalmente. Tu tiempo comienza ahora... —Anon habló mientras se levantaba del trono y caminaba detrás de Sera con una sonrisa pervertida en su rostro.
—Mnnnhh... —Sera